“La madre es el ángel enviado por Dios para cuidarnos en la tierra”. Juan Carlos

Normalmente escribir en el día de las madres o sobre el día de las madres debería ser un post cargado de amor, ternura y dulzura... ya saben, cual novela de televisión. No porque amar a una madre sea cursi... ¡jamás! amar a una madre es como amar la vida... es algo vital. Amar a una madre es como aprender a escribir... no puedes convivir bien con las demás personas si no sabes hacerlo. Pero la verdad es que en el mundo en el que vivimos... no estamos muy acostumbrados a demostrar amor... o a veces, el demostrar amor en estas fechas sale muy caro $$$$$. El amor en nuestros días gira en torno a esto $$$$$$.

Mientras más $$$$$$ tienes... más amor puedes demostrar. En todo caso... este no va a ser un post muy romántico, el día de las madres de hoy me llevó casi casi a un viaje de “ultratumba”... Literalmente hablando. Mi post de hoy no es sobre la celebración del día de las madres como tal... sino sobre lo que hicimos con mi mamá hoy y la forma en que eso me hizo reflexionar.

En primera instancia no tuve para darle un regalo de la madre a mi mamá, pero ella comprende... a duras penas y podemos comer. Y eso gracias a la ayuda de familiares que nos regalan cosas. Algo que no les había comentado es que en los últimos meses y de hecho en lo que va del último año y medio la única ropa “nueva” que me he puesto ha sido ropa usada que familiares me han regalado... incluso los zapatos. Estos días estaba pensando en comprarme un cinturón negro (ya que el único que tengo está medio roto... ) pero no pude. Atrás quedaron los momentos de pensar en estar a la moda... ahora todo se trata de sobrevivir.

Mi mamá pasó ayer donde mi hermana, ella le dió un regalo. Vino, le deseé feliz día. Me comentó que mi madrina nos invitaba a comer. Algo que no les he comentado es que yo estoy casi seguro que mi mamá le dijo a mi madrina lo de mi condición de salud. Sin pedirme autorización. El otro día me lo dijo sin querer pero luego se retractó... la mujeres no son muy buenas guardando secretos jejeje. No me enojé porque de hecho mi madrina y su familia son de las personas que más nos han ayudado recientemente... ellos me han regalado zapatos, pantalones, y todas las semanas.... nos regalan comida. Huevos, 1 litro de leche, algo de arroz... eso fue lo que nos regalaron hoy. Eso me puso a pensar... a mi me da verguenza que me regalen cosas... siempre me criaron en mi colegio (costoso) y en la Universidad (costosa) que uno debe tener las cosas... o ganarselas (aunque la gente rica pocas veces necesita ganarse algo... solo necesitan saber firmar para poder usar su chequera) pero en fin, acepté los regalos, porque ellos nos ayudan a comer hoy en día. 15 o 20 USD que le doy a mi mamá para cocinar y sus gastos no alcanzarían.

Y aún así somos afortunados... porque tenemos gente que nos ayudan, más por amor a mi mamá porque yo siempre fui muy alejado y apático de mi familia. No que me avergonzara... para nada, ni que no los quisiera... tampoco. Era simplemente que estaba muy apurado por vivir mi vida... por ser quien quería ser... por tratar de ser lo que yo pensaba que sería y que en realidad era alguien que no soy. (Si es que acaso todo esto que dije tuvo algún sentido). Creo que uno de los problemas de la educación capitalista que recibimos en nuestros países y más que nada en las llamadas instituciones educativas de élite... es el famoso discurso de "vela por ti mismo... y que cada cual se arregle como pueda“. Todo es competencia... siempre tienes que ser el mejor... para poder alardear a los demás... siempre tienes que ser lo más alto... para unirte con los de tu ”categoría" pero nadie nunca menciona que pasa con las personas que no son tan afortunados de tener educación, dinero... o como en mi caso... familiares que de una u otra forma nos den la mano. Ojo que mi madrina no es realmente familiar mío... es una amiga de mi mamá de la juventud.

A veces es triste no poder hacer más por los demás... y es realmente triste que haya pasado tantos años de mi vida sin valorar lo que tenía a mi lado... mis familiares. Ellos son los que en realidad me mantienen con vida. Mi madrina no tiene mayores problemas con mi estado de salud, una hijastra de ella estubo casada con un señor que luego lo diagnosticaron Hiv+, así que ellos entienden. Todo estubo de lo más normal en la conversación... no sé si sus hijos sepan... pero nadie dijo nada. Excepto que el ambiente se turbó un poco cuando me preguntaron sin tenía gripe. Mi mamá dijo que era algo de alergia... yo les dije que seguía con gripe. Ya no me duele la amígdala... pero la mucosidad en mi nariz a veces no me deja respirar bien. Sigo tomando medicinas... mañana será el día 8 de estar enfermo... espero por fin poder curarme. Ellos no dijeron nada... pero senti un poco de pesar y temor en el ambiente. Los comprendo. Si yo tuviera un amigo mío Hiv+ y me dijera que está enfermo me sentiría igual.... cada enfermedad que tenemos hace que nos sintamos un milimetro más cerca de la muerte. Y es así. Al menos así lo siento yo.

Por eso cuando me despierto todos los días... y cuando me doy cuenta de lo suertudo que he sido a pesar de todo lo que me ha pasado... a veces me sorprendo. Cada día que se está vivo es una oportunidad única. Es un regalo de lo alto... que hay que aprovechar porque no dura para siempre. Y poco sabía yo que hoy en el día de la madre la vida me lo recordaría.

Al terminar la cena conversamos, sobre mi trabajo, sobre las cosas que estoy haciendo... y de un momento a otro mi mamá me invitó a ir al cementerio. "¿Al cementerio?". Sí al cementerio. Hay pocos lugares tan tétricos para un Hiv+ como un cementerio... bueno una morgue sería peor... pero un cementerio de por si ya es espeluznante. En América latina tenemos todos la costumbre (bueno... asumo que todos la tenemos) de visitar muy seguido los cementerios... para saludar y conversar con los difuntos. En Ecuador también aunque como siempre mi pequeña familia cercana de 3 personas (mamá, hermana y yo) nunca fuimos muy afectos de las tradiciones. Hace ya ...mmmm...no sé... ¿15 años? aproximadamente que convencimos a mi mamá de dejar de ir al cementerio. Un día con mi hermana le dijimos que no queríamos ir nunca más... porque era muy deprimente... quedaba lejos... y porque... bueno... porque a la larga cuando la gente muere... ya no está. No importa cuanto les reces y los toques la tumba para saludarlo... o para conversar con ellos... ya no te escuchan. O si te escuchan... en espíritu... pues podrían escucharte en todos lados porque no es que esten encerrados realmente bajo el suelo. En fin... la convencimos. Asumo que ella ha ido de vez en cuando al cementerio sola... pero no ha sido muy seguido.

Nunca pensé que en el día de la madre el cementerio estaría tan lleno... luego recordé que había olvidado pensar en todas las madres que han fallecido. Para mi el día de la madre era un sinónimo de alegría... de fiesta... de salir a pasear (claro si tuviera dinero)... pero la verdad es que a veces también es un recuerdo de dolor para muchos. Mientras caminabamos por el cementerio... pude ver muchas caras... personas vestidas de negro... otras no... algunos incluso en zapatillas... pero también vi hombres llorando... recuerdo haber visto a una niña de unos 10 años acercarse a su papá... a decirle algo pero prefirió callarlo cuando vió al jóven hombre con lagrimas en los ojos y los ojos fijados en una tumba. La niña no lo podía comprender... así como no lo comprendía yo hasta que lo vi... y acepté que lastimosamente es una realidad más cercana cada día.

Hace muchos años que no pierdo a nadie... y el día que pierda a mi madre será devastador. Ya lo he dicho antes... peleamos como el perro y el gato... pero nos queremos... lo que no aceptamos es que cada uno haga sus cosas a su manera o que el otro no haga caso a los consejordenes que se le dan (el que no hace caso soy yo). Me puse a pensar y llegué a la conclusión de que no sé como las personas pueden seguir viviendo habiendo sufrido una perdida de un ser humano tan VITAL en la vida de las personas como es una madre o un padre. Yo talvez no podría aceptarlo. Talvez no podría seguir... porque ya nada sería igual. Porque mi oráculo en la tierra se habría ido... porque la única persona en la que siempre siempre siempre siempre siempre siempre he podido confiar es ella. Y al lugar al que siempre vuelvo es a sus brazos... no puedo imaginar que un día no esté. Y espero... que Dios no permita que tenga que aprender a hacerlo en un futuro cercano.

Y hablando de perdidas... comenzó el camino... pensé que solo iríamos a ver la tumba de mi abuela materna. Para mi la idea no significa mucho... a pesar de que cuando era niño ella me cuidaba mucho... jugabamos a montón... tengo fotos con ella pero no la recuerdo. Murió cuando tenía 3 años. Pero no buscamos solo su tumba... fuimos a visitar varias. La mamá de mi madre, la de su papá y la de mi papá. Noté varias cosas... yo no sé donde están ubicadas las tumbas. La única que sí recuerdo su ubicación es la de mi papá... de hecho yo la hallé porque hace mucho que no ibamos. Alguien había dejado un ramo de rosas... la rosa roja del centro aún estaba fresca. Fue un golpe al corazón... estaba en el cerro donde está enterrado mi papá pensando... ¿qué hubiera sido de mi vida si estuvieras vivo? ¿hubiera acabado así como estoy ahora? ¿te hubieras quedado conmigo en las buenas y en las malas? ¿qué cosas hubieran sido diferentes?. Pero luego acepté que Dios tiene una razón para llevarse a la gente de nuestro lado... yo nunca conocí a mi papá... murió cuando yo tenía 3 meses y medio de nacido, un 1ero de Septiembre de 1977. Nunca hasta hoy había reparado en la fecha de su muerte.... no la sabía... nunca fui muy preocupado por ello... talvez por la misma razón por la que veía sus fotos pero no sentía algo que me relacionase con el señor de la foto. Como no lo conocí... no sentía su ausencia. Pero hoy al ver la rosa en su cruz en el cementerio.... pude recordar lo que es sentir dolor... y ausencia... y sé que alguien más de los que están la lado mío sí lo siente. Pensé que el ramo tendría una tarjeta o una dedicatoria.... que bruto.... ¡¡¡los ramos de cementerios no traen dedicatoria!!!...Para que vean lo poco que sé yo sobre las costumbres de visitas después de la muerte. Nunca supimos quién dejó el ramo... pero fue un bonito gesto.

Mientras mi mamá rezaba al pie de la tumba de mi padre.... yo miré a mi alrededor... tanta gente... tantos muertos.... tanto dolor. Y recordé porque no me gusta ir al cementerio. Es algo que no puedo resistir y menos ahora que sé que es con dificultad que sigo vivo. También pensé una vez más que no quiero que mis restos descansen en un lugar alejado de mis seres queridos... ni tampoco que tengan que desviarse demasiado para ir a verme. No quiero que mis restos descansen en un lugar tan lleno de dolor como es un cementerio.... quiero al morir... morar en un lugar más tranquilo... alegre... vistoso... más bonito. Siempre he amado la naturaleza.... al morir... quiero vivir junto a ella. Ir donde ella va. No estar enterrado en un lugar estático... quiero después de muerto que mis restos estén en movimiento... tal cual vivi. Y una vez más decidí que al morir quiero ser cremado. No quiero que me entierren en un lugar frío, triste y lugubre (o como sea que se escriba esta palabra)... quiero que esparzan mis cenizas al viento... para que pueda ser libre....y que hechen mis cenizas al mar también.... quiero volver a ser polvo y agua. Y así seré feliz. Quiero que cuando me extrañen no necesiten visitar un cementerio en medio de sus difíciles horarios de trabajo... ni que me lloren al pie de una tumba de cemento.... no quiero que piensen que estoy ahí... quiero que piesen que estoy everywhere... en todos lados.... que cuando me extrañen levanten los ojos y miren al cielo y me digan “¡¡Hola Juan Carlos!!”. Y que al ver el cielo despejado... soleado... con las aves volando... sepan que estoy feliz... y por lo tanto aquellos que me amen y me extrañen también deben ser felices. Quiero que sepan que si acaso es permitido salir del cielo... estaré donde ellos estén... mirando y cuidando sus pasos. Abogando por ellos en el cielo para que no los llamen pronto... y menos aún por culpa de este maldito virus. Quiero que si van a un río... en el campo o en la ciudad... sepan que yo estoy estoy ahí también. Y que estoy contento de verlos.

Mi mamá en cada tumba rezaba y pedía por mi salud.... por la salud de todas mis hermanas. Y pensé que si acaso del cielo mis abuelos y papá pueden darme alguna ayuda... pues bienvenida sea... toda mano es bienvenida en esta lucha. Hoy por alguna razón estaba más sensible que de costumbre... más atento a los detalles... leí y recorde el nombre completo de mi abuela... en mi mente recordaba las fotos... recordé que nunca conocí a mi abuelo... y pensé que me hubiera amado mucho. Noté que el último apellido de mi abuela era “Vera” así que en el mundo hay alguien con ese apellido que es medio familia mío. Fue un viaje al fondo de mi... un viaje de ultra tumba en verdad... hacia lugares en mi mente, en mis recuerdos y en mi vida... que había dejado olvidados en el pasado.

Buscamos y visitamos muchas tumbas... pero hubo una que no encontramos... la de mi abuelita por parte de padre. Ya son muchos años que no visitamos las tumbas. Esa es una razón más por la que no quiero estar enterrado en un cementerio... para que los que me visiten no tengan problemas de encontrarme. Solo necesitan mirar al cielo o al agua... y ahí siempre estará una parte de mi.

Y en medio de la visita se me vino a la cabeza una canción que dice...

"y los muertos aqui lo pasamos muy bien
entre flores de colores
y los viernes y tal
si en la fosa no hay plan
nos vestimos y salimos

para dar una vuelta
sin pasar de la puerta eso si
que los muertos aqui
es donde tienen que estar
y el cielo por mi
se puede esperar"


No es serio este cementerio - Mecano